Por BDSMARGENTINA
Nuestra sexualidad es una sola. No estamos conformades por muchas sexualidades. No elegimos si “cogemos normal” o “solo BDSM”.
Vamos entendiendo nuestra propia sexualidad dentro de muchos marcos.
Que hablemos de BDSM y lo entendamos como una rareza es un problema, porque entonces no salimos más del prejuicio y la otredad.
Somos humanos deseantes. Nos gustan a nivel sexual, diferentes cosas.
De la misma forma que no todo lo que conforma al BDSM nos gusta, tampoco nos gusta todo lo que conforma a la sexualidad convencional. O sí. No importa. Todo es parte de nuestra única sexualidad.
Tenemos que dejar de hablar de sexo y BDSM como si fueran mundos ajenos.
Tenemos que dejar de autoexcluirnos.
Que todavía nos pregunten si “cogemos normal” tiene que ver con entender que todas las “sexualidades” que existen, las hegemónicas y las que no, no pueden convivir.
Como si fueran contrapuestas.
No lo son.
Todas nuestras elecciones sexuales conforman nuestra única identidad sexual. La forma que elegimos para vivir nuestra sexualidad.
Es importante dejar de ponernos en el lugar de rares, de diferentes.
Es importante dejar de buscar sótanos ocultos donde conocer “gente BDSM” como si fuéramos distintos al resto, extraterrestres, ajenos, freaks de circo.
Es muy de la norma heterosexual pensar que lo que sale de la convencionalidad lo encontramos escondido, tapado, oculto. Hay que cortar con eso.
Buscamos romper mitos y tabúes y seguimos buscando el espacio secreto y escondido donde “ser libres” solo un ratito, ocultándonos del resto, que nadie nos vea, que nadie se de cuenta que en realidad somos freaks, porque esa separación hace que lo seamos. Nos ponemos nosotres en ese horrible lugar y nos volvemos casi inalcanzables, como si la persona que tiene algún interés en algo BDSM tuviese que pasar por algún tipo de bautismo o ceremonia para ser parte de este show de freaks y que los que ya lo practican, te acepten.
No.
Mientras sigamos buscando eso, mientras nos sigamos poniendo en ese lugar, no vamos a lograr naturalizar jamás que la sexualidad es amplia.
Que la sexualidad va más allá de la genitalidad.
Que los deseos y los morbos están bien, los tenemos todes y no son raros.
No somos rares, ni freaks, ni diferentes a nadie.
Que la sexualidad cuidada tiene que ser siempre, no a veces.
Que el consenso explícito y el diálogo fluido deben existir para todo, no solo para el BDSM.
Que entender al aftercare como un registro del otre tiene que ser parte de cualquier vínculo.
Que la palabra de seguridad, que no es ni rara ni secreta ni un código oculto, es una forma de comunicación.
Que nuestro deseo no puede seguir escondido bajo la alfombra o dentro de un antro.
Que somos seres deseantes con morbos y fantasías. Queremos disfrutar de nuestra sexualidad sin los límites y prejuicios que la norma impone.
La heteronorma se ha ocupado durante muchísimos años de meter en el closet todo lo que le incomoda y no le es funcional a su sistema.
No seamos más esa sociedad.